martes, 7 de agosto de 2012

Pantalla

Es como seguir sosteniendo con una mano un mundo hecho pedazos. Querer sostener el agua de un río bravo, entre las dos manos, viendo como se escapa por mucho que se apriete.

Quisiera decirte que vamos a estar bien, que podemos seguir fingiendo que aquí no pasa nada y que somos perfectos. Así, perfectos como nos pintan. La recuerdo a ella, hablando de nosotros con palabras pomposas. "El mundo encontró un balance cuando ellos se juntaron" dijo. Eso lo dijo hace menos de una semana.

Y sí, muchos suspiraban tanto que al vernos se consiguieron una pareja. A algunos les fue mal como a nosotros y la pareja que se consiguieron los mantiene bajo régimen militar.... y así, van a durar más de lo que nosotros planificamos para nuestra vida juntos.

Lo que no está bajo la vista del público, es la sutileza de tu desprecio. Vivimos creyendo que no se está maltratando a otra persona si no le estás pegando. Creemos que mientras nos digan palabras bonitas y nos tengan un lindo sobrenombre que a todos causa ternura, nos están tratando bien. Guardas todos esos rencores y reproches en tu corazón de niño pre-adolescente. No soportás la vida adulta que te hiciste, pero te aferrás a ella porque es la mejor salida que encontraste.

Mientras todos se derriten dentro de ese molde perfecto que armamos obligados, yo hoy lo rompo. Soy cauce. Soy agua que se mueve. Soy tormenta que destruye. Soy furia. Aún al desembocar sigo mi rumbo. Exploto porque nunca he querido conformarme. Confieso que me importa, me asusta y me duele más lo que diga la gente y lo que vayan a pensar, porque mi mamá se encargó de enseñarme que hay que cuidar lo que habla la gente.

Hace cuatro horas, miraba la tele abrazada a ti. Ahora, no puedo dejar de llorar. Nos vamos. Esta es la etapa final. (O al menos eso esperamos los dos).

Me pongo una armadura... para mientras sin que te des cuenta sigo llorando y pienso cuánto voy a extrañar las risas y la ternura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario