Caminar sobre la capa más delgada del hielo, siempre.
Querer soltar todo a la vez, hasta que la capa se rompa y no importe nada más.
Hundirte.... el mundo que llevás encima no te deja salir a la superficie.
La paz. El peso ya no se siente. Vas ligera. Sos liviana.
Sos libre.
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